viernes, julio 20, 2007
Niña
Nombras el árbol, niña.
Y el árbol crece, lento y pleno,
anegando los aires,
verde deslumbramiento,
hasta volvernos verde la mirada.
Nombras el cielo, niña.
Y el cielo azul, la nube blanca,
la luz de la mañana,
se meten en el pecho
hasta volverlo cielo y transparencia.
Nombras el agua, niña.
Y el agua brota, no sé dónde,
baña la tierra negra,
reverdece la flor, brilla en las hojas
y en húmedos vapores nos convierte.
No dices nada, niña.
Y nace del silencio
la vida en una ola
de música amarilla;
su dorada marea
nos alza a plenitudes,
nos vuelve a ser nosotros, extraviados.
¡Niña que me levanta y resucita!
¡Ola sin fin, sin límites, eterna!
Octavio Paz (1914-1998)
Poeta mexicano.
jueves, julio 12, 2007
¿Hasta dónde?
¿Hasta dónde es posible comprenderme?
Solemnidad de muerte, que no puedo contestarme.
Simplemente, no me entiendo.
La fragata se esconde entre la bruma.
Quiere salir y cada vez se interna más.
Soy dedos que de palabras escurren.
Espada de guerra en la paz.
Incoherencia en la lógica que marca, en horas, el reloj.
Secuencia de atrocidades para muchos corazones.
Golpes de ola repetida.
Cadáver de hierba en la arena.
Libertad monótona de misma sombra.
Siempre.
Destino sin arribo.
Desvergüenza de vaguedad: poema.
Espacio a llenar. Lágrima seca.
Viento del sur; de colibrí, aleteo.
Viaje de tinta vuelto a recorrer.
Soy el que no soy...
Ya soy el que no soy.
Somos yo y conmigo y para mí.
Somos nada soy y sin embargo somos.
¿Seremos tú y yo seremos nuestros nosotros dos?
¿Hasta dónde será posible comprendernos comprenderme comprenderte?
¿Hasta dónde cuándo alguna vez nosotros...?
¿Hasta dónde nosotros sin la soledad?
Blas Torillo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)