martes, diciembre 16, 2008

Paula.


La imagen Paula 1
es mía


Y si. Me gana la nostalgia. Pero también los proyectos.

Dentro de mí la música se mueve, pero también el llanto.

Dentro de ella, Paula llega. Y pronto.

Dentro de mí, los recuerdos y el miedo, pero la esperanza.

Dentro de ella, Paula ríe. Y mucho.

Dentro de mí, lo que soy y nada de lo que no seré jamás.

Dentro de ella, Paula duerme y sueña.

Dentro de mí, las ganas de tomarla en mis manos.

Dentro de ella, Paula y las ganas de vivir feliz.

Dentro de mí, el presente inesperado.

Dentro de ella, Paula, el futuro y el horizonte.

Dentro de mí, de nuevo la ternura.

Dentro de ella, Paula: el amor por venir.

Dentro de mí, el abuelo.

Dentro de ella, Paula.

Blas Torillo.

sábado, noviembre 29, 2008

Sin dudas.


La foto Camino al sol 1
es mía.


Quiero saber qué es la esperanza
para darme cuenta si eso es lo que tengo.

Quiero saber qué es la alegría
para disfrutarla si es lo que estoy viviendo.

Quiero saber qué es la ilusión
para compartirla si eso es lo que estás sintiendo.

De lo que no tengo duda es qué es el amor.

Con ella cada día más cerca, es seguro lo que nos está uniendo.

Blas Torillo.

miércoles, septiembre 03, 2008

Y ahora ¿qué?


La foto del Piecito de Oli Bere
es mía.


Y ahora ¿qué?

¿Qué se hace con todo ese pasado, pero sobre todo, qué se hace con todo ese futuro?

Hay que seguir. No hay más.

Lloro. Pero hay que seguir. Río.

Te amo hija. Hijita.

Blas Torillo.

miércoles, julio 30, 2008

Despedida



Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta,
pedir los abrigos y marcharnos,
aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo
y en las que cada uno pusimos nuestra identidad;
se quedarán los demás, que cada vez son otros
y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue,
también el hueco de nuestra imaginación se queda
para que entre todos se encarguen de llenarlo,
y nos vamos a nada limpiamente como las plantas,
como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo
y luego, sin rencor, deja de estarlo.

¿Se imaginan el esplendor del cielo de los tigres,
allí donde gacelas saltan con las grupas carnosas
esperando la zarpa que cae una vez y otra y otra,
eternamente? Así es el cielo al que aspiro. Un cielo
con mis fauces y mis garras. O el cielo de las garzas
en el que el tiempo se mueve tan despacio
que el agua tiene tiempo de bañarse y retozar en el agua.
O el cielo carnal de las begonias en el que nunca se apagan
las luces iridiscentes por secretear con sus mejillas
de arrebolados maquillajes. El cielo cruel de los pastos,
esperanzador y eterno como la existencia de los dioses.
O el cielo multifacético del vino que está siempre soñando
que gargantas de núbiles doncellas se atragantan y se ríen.

Lo que queda no hubo manera de enmendarlo
por más matemáticas que le fuimos echando sin reposo,
ya estaba medio mal desde el principio de las eras
y nadie ha tenido la holgura necesaria para sentarse
a deshacer el apasionante intríngulis de la creación,
de modo que se queda como estaba, con sus millones,
billones, trillones de galaxias incomprensibles a la mano,
esperando a que alguien tenga tiempo para ver los planos
y completo el panorama lo descifre y se pueda resolver.
Nos vamos. Hago una caravana a las personas
que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós.

Alejandro Aura (Marzo 2, 1944 - Julio 30, 2008)
Poeta, ensayista y guionista mexicano

Tomado del Blog de Alejandro Aura.

martes, julio 15, 2008

Viene el invierno


La foto Cielo de verano
es mía.


Sé que viene
porque desde antes
no ha fallado nunca
y llega para todos en su día

Sé que viene
porque lo siento en el viento
y la tristeza se da una vuelta
por mi casa y por mis ojos

Sé que viene
porque casi puedo olerlo
tocarlo con las canas
y a veces hasta desearlo

Viene el invierno
aunque hoy es sólo el verano

Llegará sin embargo
y el frío será con él
y la soledad
y el infinito.

Blas Torillo.

jueves, junio 19, 2008

Armónica para desnudar el sueño.


La foto Armónica
es mía.


Acta de origen

No me puedo quejar.
En el lugar donde nací,
la loza fluvial del
progreso algo dejó:
tres horcones con
heridas de clavos,
un molino para triturar
el nixtamal y, en la
devastada sombra, la mirada
rabiosa de los mezquites.


Íntima canción

Quiero agradecer a un biberón su proteica simiente
nutricia. Mi hijo ahora duerme. Celebro
su respiración en el regazo del sueño; no olvido
una grieta antigua en el cielo del cuarto, la ropa sucia
alfombrando la casa. Chifla, timbra en el corazón
la válvula de la olla presurosa. Y yo le pido a la
fatiga el paréntesis de una tregua; cuando despiertes,
dos dientes de leche, iremos por el caos del reloj,
con los juguetes de tu risa, distrayendo a besos
la ruindad nerviosa del día; iremos, amor...
Mientras tanto, redoblo el rondín, vigilo,
permanezco atento.

¿Qué edad soy?

Cuando mira el espejo descubre al hombre en ruinas que se rasca
la desierta cabeza. Ve cómo se soba la dilatada panza, desfajado
declive de impurezas. Qué grotesca presencia en el reflejo del
cristal azogado, más acá de la luz donde retozan dos niños. El
vejete recuerda un bosque infinito donde buscaba salamandras;
las aventuras de un disperso caracol; un racimo de fe, el pan de
la lluvia, aquellos senos de oleaje moreno, relámpago en sus
manos de lo venidero, todo floreciendo de nuevo: "Papá, los
hombres son de arena?", le preguntan a dúo desde la infancia.
Despierta, cavila que cuarenta y cuatro años en la tierra no son
precisamente el último peldaño. Levanta la mirada; ni espejo, ni
niños. Grita sobresaltado; ¿Entonces quién está en mí, qué edad
soy? A su espalda, un sonido le tienta los hombros; es una voz
que recuerda, que siente nacer en su garganta; "Sí, de arena y
llanto".

___________

Gildardo es mi amigo. Lo es desde antes de que naciéramos, pero lo supimos cuando nos vimos por primera vez en la universidad, allá en los primeros años de la década de los ochenta. Y escribimos.

En los últimos 17 años, nos hemos visto dos veces, la primera en una feria del libro en la Ciudad de México (claro, porque también leemos), y la segunda en una fiesta hace dos o tres años en la casa de Pilla, para celebrarla en su cumpleaños. Desde entonces nos hemos reencontrado vía los bits, los cables de cobre y las fibras ópticas, aquí en internet.

Y hemos aprendido mucho uno del otro. Por ejemplo, que es bueno tener nuestra edad y que a pesar de los problemas, o quizá por ellos, es que vale la pena vivir la vida. Esta vida que a veces nos pone a llorar y a veces a reír, pero que también nos pone a pensar en la amistad y en cómo es que parte del sentido de nuestra existencia es posible por la existencia del otro.

Les dejo aquí tres poemas de Gildardo, mi amigo, el poeta, el universitario (de entonces y de ahora), el que pide consejo y el que da. El ser humano.

Blas Torillo.

PS. Su libro se llama Armónica para desnudar el sueño, publicado por el Instituto Mexiquense de Cultura y la editorial Molino de Letras, en 2004.

miércoles, junio 11, 2008

Como es la vida


La foto Agua 2
es mía.


Llueve. Está lloviendo despacito.

Como abren las flores
Como nace la aurora
Como acaricia la brisa

Llueve. Despacito.

Como un niño que busca
Como música que queda
Como se comen las galletas

Llueve. Gotita a gotita.

Como se aprenden las letras
Como te canta la abuela
Como tus ojos me miran

Llueve. Casi en silencio.

Como te brilla la risa
Como te duermes cansada
Como te bulle la vida.

Llueve. Está lloviendo despacito.

Como te crecen las alas
Como despiertas al mundo
Como te vuelves completa.

Blas Torillo.

domingo, mayo 18, 2008

Desolado


La foto del Callejón
es mía.


Desolado el tiempo del reencuentro
El que no fue y tampoco quiso ser.
Soledades de frío y noche
Y pasos débiles que avanzan sin saber

Todo es lástima y tortura
Oscuridad y nada que se asoma y vuelve
Mal tiempo el tiempo y los sonidos
Los recuerdos y las piedras

Estabas y estuve y nunca nunca fuimos
Praderas de pasos solos y tristes
Yendo sin ir
Aprendiendo sin sentir

Desolado y lento el viento
De tu cara de tus brazos de tus lágrimas
Calles y campos de tu tiempo
Lienzo de tus ojos y mis manos

Camino de allá de nadie
Vamos a ninguna parte
Pasos de tus brazos y reclamos
Sueños no soñados y desvelos

Ojos cerrados al futuro
Dedos atados a tu talle
Corazones de paja
Cuerpos de lamentos y locuras

Témpanos de cielo y lluvia
No sé qué decir y tú si sabes
Calor de las ideas y de las horas
Marasmo en tu mirada

Amor desangelado y el reencuentro
Desolado el tiempo
Y tu recuerdo.

Blas Torillo.

domingo, marzo 30, 2008

Querido Mario


Tomé la foto de Mario Benedetti
del sitio del diario El Clarín.


Y si te mueres, Mario, ¿ya no podré decir lo que me copian tus palabras?

¿Dejaré de sentir los aromas del jardín botánico y no podré recargarme en el roble que cobija?

¿Seguiré preso hablándole a mi hija, llorando para no olvidar?

¿Dejaré de ser capaz de ser alegre y defender ese estado con los dientes?

¿Ya no podré estar radiante a la vez que jodido y viceversa?

¿Cesaré de sentir el amor provisional y verdadero y el horror ante la nada?

¿Permitiré que nos maten a los hombres de la paz y convertirme en pesadilla?

¿Seguiré aprendiendo a ser granuja del presente olvidando a los jóvenes y la juventud ausente?

¿Cesarán de volver las golondrinas, las tuyas y las mías?

Y si te mueres, Mario, ¿habrá que volver a aprender a escribir lo que se siente?

Porque armando estoy mi táctica que será leerte nuevamente,

aunque mi estrategia es más simple: aprenderte.

Blas Torillo.

lunes, marzo 17, 2008

Primavera


La foto de Oli Bere
es mía.


Cuando la primavera crezca
verás que las flores no son imaginarias
y sentirás el viento como vida que te llena
vivirás alegre y profunda.

Cuando la primavera crezca
tu amor crecerá también y reirás más aún
y la vida te será refugio y alero
como base y punto de partida.

Cuando la primavera crezca
los colores serán más y estará más cerca el cielo
la música te llenará los ojos
y los días cálidos te rodearán.

Cuando la primavera crezca
estarás contenta y bailarás cada día
beberás las estrellas, mirarás las cosas claras
y las noches te cobijarán tímidas y tibias.

Cuando la primavera crezca
te amaré más, hija mía

... aún más.

Blas Torillo.

domingo, marzo 16, 2008

En que satisface un recelo con la retórica del llanto


La foto Llanto
es de Gilberto Palacios.


Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;

y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón desecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste:
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo tu quietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón desecho entre tus manos.

Sor Juana Inés de la Cruz (Juana de Asbaje).
1651 (o 1648)-1695

sábado, marzo 08, 2008

Día de la mujer.


La foto de Oli de 3 años
es mía.


All girls are princesses.
I am a princess
All girls are
Even if they live in tiny old attics.
Even if they're dressed in rags.
Even if they'rent pretty or smart or young, they're still princesses
All of us

Didn't your father ever tell you that?
Didn't he?


(Todas las niñas son princesas
Yo soy una princesa
Todas las niñas lo somos
Incluso si viven en pequeños y viejos áticos
Incluso si están vestidas de harapos
Incluso si no son hermosas o inteligentes o jóvenes, son princesas
Todas nosotras

¿No te lo dijo tu papá alguna vez?
¿No te lo dijo?)

Frances Hodgson Burnett
The Little Princess

martes, marzo 04, 2008

Tristeza.


La foto del Trigo
es mía.


Que enorme tristeza verlos así
tan juntos y tan lejanos.

Que tristeza enorme.

Han sido juntos desde que fueron semillas
la simiente de un pueblo del que formo parte
la razón de mis sueños de un futuro
el pretexto para llamarnos uno.

Que enorme tristeza verlos así
tan juntos y tan lejanos.

Mas los deseos y desvaríos de unos y otros
los pecados y sufrimientos de cada uno
los sueños rotos y las almas enfermas
la ausencia de razón y la cosecha de odio

Los consejos malos, los intereses lejanos
las historias de dolor, los llantos hondos
las miserias y pobrezas que nos duelen tanto
la violencia cotidiana y la justicia ausente

Los dineros y poderes, las bajezas y traiciones
las planes de muerte y la misma muerte
las divisiones y creencias vanas
la pretensión de la verdad y la mentira

Todo ha abonado a la tristeza
y la violencia se pone el rostro de cualquiera
y cada cual piensa en su pellejo
y nos sale lo valiente para ocultar nuestro miedo

Que enorme tristeza verlos así
tan juntos y tan separados.

Y los que somos de aquí y de allá a un tiempo
los que no tenemos más pueblo que nuestros pueblos
a aquellos que no tenemos miedo de morir
nos quieren inocular el miedo de vivir

Los que estamos aquí y allá a un tiempo
los que compartimos la sangre y nuestra tierra
los que nos comprendemos unidos más que nunca
a los que no queremos guerra, nos han callado.

No nos dejan decir que no queremos muerte
y no queremos llanto ni miseria
no queremos poderes allende nuestro cielo
y no queremos un destino oscuro ni tristeza

No nos dejan decir que seguimos siendo hermanos
que unidos, más que nunca, somos todos una América
la Latina, la nuestra, la de todos, la que es de ti y la mía
la misma para todos los efectos

Y alguien quiere quitarnos nuestra paz
sin quitarnos la pobreza que lastima
quieren quitarnos la hermandad
sin dejarnos hablar y sin justicia

Alguien quiere ponernos a las armas
dejándonos la tristeza y la amargura
quiere que peleemos por pensar distinto
y por no hacer como dice lo que dice

Alguien sabe cómo llevarnos a caminos sin retorno
llenos de muerte y corazones rotos
vacíos de palabras y de abrazos
llenos de soledades y de odio

Que enorme tristeza verlos así
tan juntos y tan lejanos.

No dejemos que triunfen las diferencias
pero tampoco la pobreza y la injusticia
No dejemos que nos venzan los ardores
ni la ignorancia de lo que piensan otros

Que enorme tristeza verlos así
tan juntos y tan lejanos.

Hagamos que las cosas sanen
pero para todos, no sólo los poderosos
Hagamos que esta América tuya y mía
sea la de la paz, pero también la de la justicia

Que enorme tristeza vernos separados
cuando debemos estar juntos.

Blas Torillo.

miércoles, febrero 20, 2008

Pausas II


La foto del Grillo de matorral
es de alfonso_df.


No canta el grillo. Ritma
la música
de una estrella.

Mide
las pausas luminosas
con su reloj de arena.

Traza
sus órbitas de oro
en la desolación etérea.

La buena gente piensa
-sin embargo-
que canta una cajita
de música en la hierba.

(Canciones para cantar en las barcas)

José Gorostiza.
Poeta mexicano (1901-1973)

domingo, enero 20, 2008

Hagamos un trato


La foto Oli 3
es mía.


Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.

(de una canción de Carlos Puebla)


Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.

Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti.
Poeta uruguayo.
1920-

jueves, enero 10, 2008

Ven a mí


Tomé la foto de Andrés Henestrosa
del sitio de Jorge Palmieri.


Ven a mí, acércate,
acércate más, más cerca.

Dame tu mano
y por el camino de mi mano
pásate y éntrate en mi corazón.

Escucha lentamente para que
puedas entender estas palabras
que en mis labios tiemblan.

Verás mis palabras caer en el aire,
como si fueran pequeñas balsas
próximas a naufragar su contenido.

Acógelas.
Sé tú como una blanda orilla de mar
a donde mis palabras recalaran.

Acércate más, más cerca.
Dame tu mano.

En mis historias encontrarás
lo que es limpio, lo que es bello,
lo que transparente brota de mí
como una flor.

Acógelas, sé tú como una blanda orilla,
donde mis palabras recalaran.

Acércate más, más cerca.

Pero ¡ay de mí!, si estando tú
en mi corazón, yo abro los ojos
y te busco en el viento y en la nube,
y otra vez me encuentro solo,
completamente solo bajo el viento.

Andrés Henestrosa (Noviembre 30, 1906 - Enero 10, 2008).
Poeta Oaxaqueño.